Trabajos para una sociedad justa, incluyente, democrática y participativa

Trabajos para una sociedad justa, incluyente, democrática y participativa

miércoles, 29 de julio de 2020

EDUCACIÓN AMBIENTAL - CURSO CTERA 2020

EDUCACIÓN AMBIENTAL

PARTE 1: EL DIÁLOGO DE SABERES EN UN CONTEXTO DE CRISIS CIVILIZATORIA






La Educación Ambiental es un complejo de saberes que amerita ser abordado tomando como referencia un paradigma basado en posicionamientos actuales construidos desde la complejidad: el desarrollo epistémico que plantea el Pensamiento Ambiental Latinoamericano.

La crisis ambiental se presenta, desde esta mirada, como una crisis civilizatoria que interpela no sólo el modo de desarrollo vigente sino, y especialmente, al conocimiento, la ciencia y la tecnología imperantes, que se han constituido en un aparato tecnocientífico que arrasa la biodiversidad natural y la diversidad cultural. Desde esta visión cobra fuerza el imperativo de que el conocimiento, las ciencias y el desarrollo deben estar enmarcados en bases éticas y teóricas, así como tecnológicas y culturales que se propongan establecer otros imaginarios en la relación sociedad-cultura-educación-naturaleza.




CURSO DE FORMACIÓN DOCENTE

Para educadores/as de todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo.
Modalidad virtual, metodología co-autoasistida

VER PROGRAMA Y CLASES 

DOCENTES / COORDINADORES:

Graciela Mandolini es Licenciada en Educación con orientación en gestión institucional; Profesora en Ciencias Naturales; Especialista en Educación en Ambiente para el Desarrollo Sustentable; Especialista en Investigación Educativa; Especialista en Metodología de la Investigación Científica y en Gestión y Conducción del Sistema Educativo y sus Instituciones. Es Directora de la Escuela Agrotécnica “Libertador Gral. San Martín” de Casilda, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario y Coordinadora Académica de la Cátedra libre de Soberanía Alimentaria de la UNR. Es Regente y Coordinadora del Plan de Escuelas Asociadas a la UNESCO del Instituto Superior de Profesorado Nro. 1 “Manuel Leiva” de Casilda. Miembro de la Red DHIE y del Colectivo Argentino de Educadores y Educadoras que Hacen Investigación desde la Escuela. Miembro de la Escuela de Formación Pedagógica y Sindical “Marina Vilte” de CTERA.



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¿Tenés alguna pregunta sobre este curso? ¿Querés dejarnos algún aporte o sugerencia? ¿Querés contarnos que te pareció la propuesta?  

CONTACTO

Presentación del Programa

La propuesta educativa de este curso se centra en la Educación Ambiental, complejo de saberes que se ha decidido abordar tomando como referencia un paradigma basado en posicionamientos actuales construidos desde la complejidad: el desarrollo epistémico que plantea el Pensamiento Ambiental Latinoamericano (que cuenta con aportes de pensadores/as de NuestrAmérica). La crisis ambiental se presenta, desde esta mirada, como una crisis civilizatoria que interpela no sólo el modo de desarrollo vigente sino, y especialmente, al conocimiento, la ciencia y la tecnología imperantes, que se han constituido en un aparato tecnocientífico que arrasa la biodiversidad natural y la diversidad cultural. Desde esta visión cobra fuerza el imperativo de que el conocimiento, las ciencias y el desarrollo deben estar enmarcados en bases éticas y teóricas, así como tecnológicas y culturales que se propongan establecer otros imaginarios en la relación sociedad-cultura-educación-naturaleza.

Los caudalosos afluentes del nuevo pensamiento científico, de las tecnologías limpias, de los saberes ancestrales, están constituyendo un potencial que abre inmensas oportunidades en el campo de la educación y en el logro de nuevos escenarios donde la defensa de diversas formas de vida se convierte en el sustento para construir otras racionalidades, más incluyentes y sustentables. Esta concepción de educación derrumba visiones positivistas centradas en la fragmentación del conocimiento, la neutralidad de las ciencias y la tecnología, la objetividad racionalista, la externalización de la naturaleza y promueve, entonces, una perspectiva integradora.

Resolver esta crisis civilizatoria, con los límites impuestos por un modelo extractivista que todo lo depreda y excluye, es el desafío/encrucijada ante el cual se encuentra la humanidad. Hoy estamos ante una encrucijada civilizatoria, frente a nuevos dilemas políticos y éticos, que nos exige repensar la crisis económica y climática desde un nuevo ángulo: o vamos hacia una globalización neoliberal más autoritaria, un paso más hacia el triunfo del paradigma de la seguridad y vigilancia digital, en el marco de un “capitalismo del caos” (como sostiene Pablo Solon), o bien, sin ser ingenuos, la crisis puede abrir paso a la posibilidad en la construcción de una globalización más democrática, ligada al paradigma del cuidado, por la vía de la implementación y reconocimiento de la solidaridad y la interdependencia como lazos sociales e internacionales; de políticas públicas orientadas a un “nuevo pacto ecosocial y económico”, que aborde conjuntamente la justicia social y ambiental.

En este curso confluye una multiplicidad de búsquedas, en un proceso de retroalimentación entre la cultura y la naturaleza, que se actualiza frente a la irrupción de problemas de manera constante, generando procesos creativos y comprometidos con la realidad. En la medida que se orienta hacia la formación de docentes de todos los niveles y modalidades, se propone promover la construcción de procesos de enseñanza para alcanzar una sociedad más justa, democrática y solidaria, que se propongan de revisar conceptos como el de desarrollo, y valorar, entonces, el paradigma del cuidado, un paradigma relacional que implica el reconocimiento y el respeto del otro, la conciencia de que la sobrevivencia es un problema que nos incumbe como humanidad y nos involucra como seres sociales.

Se pretende formular una propuesta de producción, distribución y recreación del conocimiento que, desde una perspectiva crítica, brinde posibilidades de formación alternativa a los y las docentes como sujetos sociales críticos que tienen la intención de acercarse a esta problemática desde diversos espacios y con diversos recorridos epistémicos.

Este curso se propone como un espacio de construcción colectiva que se constituya como lugar desde el cual se pueda sostener, vivificar y promover la defensa de la educación ambiental como derecho social desde la educación pública, con la humilde intención de aportar a la construcción de un movimiento social que se está desplegando en este y otros ámbitos de reflexión en NuestrAmérica.

Esta primera parte del curso, abordará un breve recorrido por los orígenes del Pensamiento Ambiental Latinoamericano, poniendo énfasis en NuestrAmérica, sus poblaciones originarias y la transformación del territorio a partir del impacto generado por la irrupción invasiva y devastadora del mundo europeo (módulo I). El módulo II constituirá una aproximación a algunos conceptos medulares del pensamiento ambiental como son los que se refieren a una ética para la sustentabilidad. Atendiendo a que generalmente, la educación ambiental aparece ligada a la problemática de los bienes comunes y las intervenciones humanas destructivas, se trabajará en el módulo III sobre ciertos conflictos ambientales Por último, el módulo IV se referirá a la salud de nuestros pueblos en el marco de la pandemia que asola al planeta, referenciándola como brutal expresión de la crisis civilizatoria.


Propósitos

  • Construir una mirada integradora que permita a los y las docentes, considerar la Educación Ambiental como un espacio de aproximación al conocimiento desde una perspectiva problematizadora, crítica y reflexiva.
  • Brindar los marcos conceptuales sobre los que se sustenta la interpretación de la crisis ambiental como crisis / encrucijada civilizatoria.
  • Problematizar sobre las formas de construcción y legitimación del conocimiento científico y los desafíos ambientales emergentes a nivel local y global.
  • Contribuir a la construcción de una racionalidad ambiental de sustento ético, conceptual y metodológico en relación con el necesario compromiso como docentes y ciudadanos/as.
  • Promover prácticas de enseñanza en materia ambiental que respondan a la construcción de valores democráticos y de proyectos colectivos que se propongan como posibles soluciones a los conflictos ambientales que afectan a todas las formas de vida existentes.
  • Abordar el estudio y comprensión de los sistemas naturales desde una perspectiva holística, generando una sinergia entre naturaleza, sociedad, educación y cultura.
  • Poner a disposición de los/las docentes las herramientas para seleccionar e interpretar bibliografía y otros materiales específicos.
  • Promover el desarrollo de propuestas que contribuyan a la formación integral de los/las docentes con una visión crítica y reflexiva sobre el contexto socio-histórico-político-cultural y económico en el que viven y trabajan.
  • Generar la inquietud por la construcción de un tiempo para el trabajo colectivo de los/las docentes que permita sentipensar, como propusiera Orlando Fals Borda (2015), intercambiando percepciones para re-construir el espacio escolar desde una perspectiva integradora.
  • Disfrutar, transmitir y apropiarse creativamente de la herencia cultural a la cual todos/as tenemos derecho, pensando las instituciones educativas como integrantes de un sistema social que las configura, y al que éstas, afectan, favoreciendo la reflexión informada acerca de los problemas de la humanidad en todas sus dimensiones, planteando las distintas cosmovisiones desde las que pueden ser interpretados.

Contenido

Los principales ejes, que se constituirán como puntos de partida para la construcción de nudos problemáticos, que conformarán módulos de trabajo son:

Módulo I: El Pensamiento Ambiental Latinoamericano (PAL)

  • Breve historia crítica del Pensamiento Ambiental en nuestro territorio. Intento de periodización de la historia ambiental de NuestrAmérica. Nuestros pueblos: la invasión europea y la mercantilización de la naturaleza. Del modelo urbano industrial a la crisis civilizatoria.
  • Paradigma de la Complejidad Ambiental. Saber Ambiental. Diálogo de Saberes. Epistemología Ambiental: Pensamiento Ambiental Latinoamericano.
  • Nuevos escenarios: relaciones entre naturaleza-sociedad-educación y cultura.

Módulo I: El Pensamiento Ambiental Latinoamericano (PAL)

Breve historia crítica del Pensamiento Ambiental en nuestro territorio. Intento de periodización de la historia ambiental de NuestrAmérica. Crisis Civilizatoria. Paradigma de la Complejidad Ambiental. Saber Ambiental. Diálogo de Saberes. Epistemología Ambiental: Pensamiento Ambiental Latinoamericano. Nuevos escenarios: relaciones entre naturaleza-sociedad-educación y cultura.

Presentación de la clase

En esta primera clase, vamos a comenzar a construir espacios para el diálogo de saberes, pensando la educación ambiental como práctica emancipadora, por ello, en primer lugar, compartimos esta cita del poeta:

Afuera llueve y el mundo está por hacerse. Juan Gelman

 Como Uds. perciben diariamente, habitamos un tiempo histórico controvertido, en América Latina y en el mundo, marcado por una fuerte crisis civilizatoria que pone en debate las concepciones sobre la vida, y las diversas maneras de transitarla que buscamos y encontramos…

Llevar a cabo una propuesta de educación ambiental, en un continente cuyo nombre, América, lleva la huella de la invasión colonial, requiere un profundo trabajo de reencuentro con las raíces, no circunscripto a conocer el pasado, sino también urgido de reconocer, esas raíces, en el presente, lo que permitirá poner en debate los alcances y límites de conceptos como Nación, Soberanía, Estado, y la manera colonial en que los mismos fueron constituidos y construidos en estas tierras. 

Por eso, buceamos en memorias ancestrales y usamos otro nombre: Abya Yala es el nombre dado al continente americano por el pueblo Kuna de Panamá y Colombia antes de la llegada de Colón y los europeos. Literalmente, significaría tierra en plena madurez o tierra de sangre vital.

Hacer un breve recorrido por la historia del Pensamiento Ambiental Latinoamericano nos invita a recuperar una noción indispensable: la opción por la creatividad, presente en algunos de los políticos y pedagogos de la causa independentista como aquel al que consideramos el 1° Educador Ambiental, Simón Rodríguez (nacido en Caracas en 1771 – Maestro de Simón Bolívar), que acuñó una frase con la que lo recordamos: “Inventamos o erramos”, y no sólo porque la creatividad es en sí deseable, sino porque es la única manera de promover activamente un proceso de descolonización que nos permita cuestionar la marca eurocéntrica e imperialista de los saberes que se reproducen para afianzar la subordinación neocolonial.

En su artículo “Nuestra América”, José Martí, inspirador de la independencia cubana, escribió: “La colonia continuó viviendo en la república.” Y en esta afirmación se condensa uno de los núcleos que explican la historia latinoamericana de los últimos siglos. Es la historia del colonialismo, del neocolonialismo y de sus consecuencias hasta la actualidad, no sólo en términos económicos, sociales, y políticos sino en lo que implica como alienación cultural, pérdida de identidad, negación de las raíces.

Martí afirma: “Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España. El indio, mudo, nos daba vueltas alrededor y se iba al monte a bautizar a sus hijos. El negro, oteado, cantaba en la noche la música de su corazón, solo y desconocido, entre las olas y las fieras… Éramos charreteras y togas, en países que venían al mundo con la alpargata en los pies, y la vincha en la cabeza…”

Y Martí, en 1891, se preguntaba ¿CÓMO SOMOS? La levita todavía es de Francia, pero el pensamiento comienza a ser de América. Ya, en aquel momento, los jóvenes entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear… crear es la palabra de pase de esta generación.

En los inicios del siglo XX, José Carlos Mariátegui, sentó las bases del socialismo indoamericano, interpelando con su mirada crítica las búsquedas de la izquierda marxista de copiar el pensamiento europeo. “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica” (1928).

Estos debates nos van aproximando a un núcleo de la discusión posible y necesaria de realizar en estos momentos: la colonialidad del saber y de los saberes, así como la colonialidad del deseo y las fantasías.

Frente a la crisis del llamado socialismo real en los finales del siglo XX y la profundización de la crisis del capitalismo mundial en los centros de poder, desde principios del siglo XXI, es importante volver a cuestionar, desde nuestra raíz indoamericana, si es válido seguir sosteniendo un paradigma civilizatorio universal, basado en el “desarrollo” del capitalismo y de su racionalidad occidental, que es una racionalidad de corte netamente instrumental… o si podemos dar una vuelta radical en las maneras de pensar y pensarnos, de sentir y sentirnos, de creer y de crear, haciendo del reconocimiento de la multiculturalidad una oportunidad de respeto a la diversidad y de encuentro de pistas que permitan detener la carrera de destrucción del planeta y de la humanidad en la que estamos sumergidos. La construcción de una subjetividad enajenada, realizada por las usinas de formación de sentidos del capital, atraviesa procesos colectivos pero se arraiga en cada uno de nosotros. La colonización de nuestros deseos y la manipulación de nuestras fantasías crean una subjetividad funcional a las necesidades del capital de ampliar permanentemente su producción por la vía de la multiplicación de los productos descartables.

Este estado de permanente ansiedad por “tener más” -comprendido íntimamente como el “ser más”- es la expresión clara de los modelos económicos y productivos en los que tanto los objetos como las personas, los valores y los afectos se vuelven rápidamente descartables. La ficción neoliberal tiene como sujetos al hombre nuevo y a la nueva mujer, siempre consumidores/as, consumistas y sistemáticamente consumidos/as.

Esos modos de entender la colonización inciden en la “descivilización”, un lento pero seguro proceso que conduce al “ensalvajamiento” del mundo civilizado y de las experiencias vitales que lo animan. Una ola de xenofobia, racismo, misoginia, violencia institucional, desprecio por el otro, se extiende paulatinamente por Europa, Estados Unidos, mientras sus gobiernos apoyan y legitiman en América Latina, Asia, África, las denominadas “democracias de baja intensidad”.

Algunos autores como Boaventura de Sousa Santos nos cuentan que un poder antojadizo va maniatando a ciudadanos/as a través de nuevas formas de fascismo, un fascismo intersticial que se cuela por todos lados, un fascismo infra-político que va minando los campos de deliberación democrática, dando lugar al aumento de los campos de arbitrariedad y discrecionalidad. Para este autor, se crean “zonas libres de democracia”, sociedades políticamente democráticas son socialmente fascistas. Afirma que asistimos a una especie de totalitarismo por goteo y explica con claridad que habitamos sociedades en las que vamos viendo cómo algunos grupos sociales hegemónicos vetan las oportunidades de vida de los que están por debajo. El fascismo de entretenimiento copta y manipula a la opinión pública y contamina todo lo que toca porque impregna nuestras sociedades, configurando lo que muchos filósofos han dado en llamar la postverdad. En resumen, estas democracias requieren individuos sometidos a la disciplina de mandos tolerados, sumisiones refrendadas, expropiaciones soportadas y carencias padecidas como inevitables.

Por su parte, Estados Unidos y Europa blindan sus fronteras para evitar la llegada de los pobres del Tercer Mundo, empobrecidos por la acción saqueadora y destructora de las transnacionales, o de los refugiados procedentes de países en cuyas guerras devastadoras, esos mismos centros de poder participan como artífices y cómplices.

Entonces, en este contexto de crisis civilizatoria, el pensamiento ambiental latinoamericano nos invita a resituarnos, porque en su misma autoctonía, asume esa perspectiva continental, indoamericana, desde nuestra América mestiza, que nos propone reinventarnos cada vez… en proyectos populares que se expresen a través de las luchas anticoloniales hacia prácticas alternativas originales, comunitarias, sociales, nacionales, continentales, internacionalistas en las que el diálogo de saberes, de sentires, de haceres, de sueños, permitan que nuestros colores y olores, gustos y palabras, cuerpos y gestos, avancen hacia otras maneras de encontrarnos.

Analizar y justificar teóricamente un modelo de Educación Ambiental incluyente nos convoca a construir propuestas desde las voces de los protagonistas, de los actores locales, de los/las docentes y de los /las estudiantes.

Por eso, nos proponemos debatir y continuar trabajando en la formulación de un modelo de Educación Ambiental que se piense social y colectivamente, que incluya problemáticas socioambientales articuladas con las nociones de “territorio” e “identidad”.

En una Argentina donde la frontera agropecuaria avanza cada vez más vertiginosamente sobre ecosistemas sumamente frágiles, desplazando a los pobladores originarios, y generando riqueza efímera para algunos y miseria y exclusión social para muchos, constituyendo un conflicto ambiental sin precedentes que interpela el diseño de las ciudades, la conformación del espacio rural, poniendo en tensión la producción agropecuaria, la salud de los pueblos, y muchas otras problemáticas ambientales sistemáticamente negadas e invisibilizadas, es imprescindible contar con sujetos que se educan y puedan educar en la formulación y generación de modelos de construcción del saber verdaderamente alternativos, ambientales y socialmente sustentables, justos y solidarios.

El ejercicio de reflexión que proponemos recrear abreva en una propuesta de formación, fuertemente articulada con la necesidad de contribuir a la construcción de un saber colectivo, nutrido por el aporte de diversas instituciones y espacios sociales, para poder “sentipensar” juntos, poniendo en diálogo los saberes construidos en clave emancipadora.

Para actuar un currículum así, hace falta revisar, desmontar, desmitificar, desaprender, volver a preguntarnos: qué educación queremos, para quién, cómo, para qué transmitimos, qué prometer, articular, tejer, enlazar, haciéndole lugar a un/a docente que deja de ser héroe o heroína, para ser habitante del hecho educativo, de un territorio, y que, por eso mismo, hace de su condición subjetiva, su identidad, su condición de existencia…

En este nuevo espacio que configuramos, lo primero que hacemos es resolver las desconexiones entre naturaleza, sociedad y cultura: cuando hablamos de Ambiente (no de Medio Ambiente) estamos haciendo lugar a un concepto integrado, en el que los seres humanos formamos parte de él… somos AMBIENTE, y este concepto incorpora, además otras nociones como las de CULTURA, TERRITORIO, SUSTENTABILIDAD.

Textos en clases

Pensamiento Ambiental Latinoamericano: Patrimonio de un Saber para la Sustentabilidad. Por Enrique Leff

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Manifiesto por la vida. Por una ética para la sustentabilidad.

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Noción de crisis de civilización

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Bibliografía ampliatoria

  • Fornet – Betancourt, R. (2003). Cultura y poder: Interacción y asimetría entre las culturas en el contexto de la globalización. Bilbao: Editorial Desclée de Browe S.A.
  • Gómez Hernández, E. (2014). Descolonizar el desarrollo. Desde la planeación participativa y la interculturalidad en América Latina. Buenos Aires: Espacio Editorial.
  • Guerrero Arias, P. (1993). El saber del mundo de los cóndores. Identidad e insurgencia de la cultura andina. Quito: Ediciones Abya -Yala.
  • Leff, E. (2002). Saber ambiental. Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder. México: S.XXI Editores – PNUMA.
  • Torres Roggero, J. (2010). Dos profetas de la decolonialidad en Argentina. En Z. Palermo (Comp.), Pensamiento argentino y opción decolonial (pp. 49-83) Buenos Aires: Ediciones Del Signo.
  • Tonatiuh Ramírez Beltrán, Meixueiro Hernández, Rafael (Coordinadores) (2016). Once estrategias didácticas fundamentadas de la educación ambiental para la Escuela. México: Editorial La Zonámbula.

Otros materiales accesibles a través de la web:

Texto Ética, Vida y Sustentabilidad – Autores varios en el marco epistémico del Pensamiento Ambiental Latinoamericano

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Revista Voces en el Fénix – Educación ambiental – Economía – Economía social

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Manuales de Educación Ambiental – Ideas y propuestas para docentes

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Cartografías del Sur – Universidad Nacional de Avellaneda – Texto Cartografías del sur. Revista de Ciencias, Arte y Tecnología.

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Curso de formación para docentes de todos los niveles.

Modalidad virtual – Sistema co-autoasistido

Docentes: Lic. Prof. Esp. Graciela Ester Mandolini.

Módulo II: Educación Ambiental, Ética y Sustentabilidad

Problematización y construcciones posibles entre Educación Ambiental, Ética y Sustentabilidad. Formas de habitar el mundo; las historias de vida como palimpsesto constructor de identidades y el sincretismo de nuestro espacio-tiempo, ante la pretensión “hegemónica” de la cultura occidental. Hacia una Ética de la Sustentabilidad.

Surgimiento de la conciencia ecológica. Los movimientos sociales y el desarrollo sustentable. El papel del Estado. Organismos oficiales y ONG. Participación en el cuidado ambiental y en la construcción de sociedades ambientalmente sostenibles.

Presentación de la clase

En esta segunda clase, vamos a comenzar a hablar de la posibilidad de construir juntos/as una Ética para la Sustentabilidad. Para ello compartiremos, en estas páginas, algunas reflexiones como si se tratara de una instancia de carácter expositivo, pero luego tendremos a disposición algunos textos y videos que ilustran realidades en el territorio Nuestroamericano.

¿Podemos pensar la sustentabilidad como discurso ideológico?

La visualización de los problemas socio-ambientales, como emergentes a partir del modelo de desarrollo depredador de la naturaleza y las culturas, comienza a evidenciarse en las últimas décadas del Siglo XX. Este estilo de desarrollo tuvo origen en la Modernidad y se intensifica hacia fines del Siglo XVIII, de la mano de la Revolución Francesa, la posterior Revolución Industrial en Inglaterra a mediados del Siglo XIX y la expansión capitalista a nivel global, hoy en su fase más avanzada. Este proceso histórico y sus consecuencias hacen que comience a discutirse sobre los problemas emergentes propios del Desarrollo, particularmente en los años 70 y toma consistencia conceptual y política en los ’80 con la discusión sobre el denominado Desarrollo Sustentable.

En la segunda mitad de los años 80, y en particular a partir del “informe Brundtland” (Nuestro Futuro Común, 1987), el concepto de desarrollo sustentable se generalizó como objetivo social aparentemente deseado por todo el mundo. Pero igual que otros conceptos (democracia, justicia social, libertad, entre otros) se ha ido banalizando. La categoría conceptual obtiene su consagración en la Cumbre de Río (1992) y ha sido adoptada y “adaptada” por los más diversos actores, intérpretes, pensadores, políticos. La mayor parte de las veces, el concepto es utilizado en declaraciones supuestamente bienintencionadas de organismos e instituciones, como el Banco Mundial, Gobiernos Nacionales, Fundaciones Internacionales, grupos ambientalistas y ecologistas e instituciones sociales de toda índole, quedando como un enunciado que se vacía de contenido.

En la esfera académica, el desarrollo sustentable ha sido tema de cientos de artículos y de decenas de libros, además de innumerables foros de discusión. Víctor Manuel Toledo (1998) va a plantear que “…es posible generar una versión realmente transformadora o “subversiva” del concepto de sustentabilidad, con un enorme potencial para las movilizaciones sociales y las luchas políticas de nuevo cuño”. 

 Entre los materiales anexos que proponemos para compartir, hay un texto de Víctor Manuel Toledo (Universidad Autónoma de México), llamado: ¿De qué hablamos cuando hablamos de sustentabilidad? Una propuesta ecológica política . Si queremos saber más sobre este investigador, podemos visitar el siguiente sitio: Unam Global

 Podríamos decir que la sustentabilidad, implica asumir la responsabilidad de mejorar las condiciones actuales de vida de todas las personas, de las demás formas de vida y de los sistemas naturales, como también la de las generaciones futuras.

Es un imperativo ético no trasladar problemáticas a generaciones que hoy no tienen responsabilidad ni posibilidades de incidir en las decisiones actuales. Y aquí cabe retomar el principio ético de precaución, que supone tiempo para pensar en lo que hacemos y evaluar las posibles consecuencias de nuestros actos. Tiempo para debatir a partir de información fiable y conocimientos sólidos. Tiempo para evaluar riesgos lo que lleva a plantear decisiones en tiempos más pausados. Se debería priorizar la claridad de las decisiones que se toman por sobre la rapidez de la implementación.

El principio 11 del Manifiesto por la vida: por una ética para la sustentabilidad -que compartiéramos en la clase anterior- expresa: “La pobreza y la injusticia social son los signos más elocuentes del malestar de nuestra cultura, y están asociadas directa o indirectamente con el deterioro ecológico a escala planetaria y son el resultado de procesos históricos de exclusión económica, política, social y cultural. La división creciente entre países ricos y pobres, de grupos de poder y mayorías desposeídas, sigue siendo el mayor riesgo ambiental y el mayor reto de la sustentabilidad. La ética para la sustentabilidad enfrenta a la creciente contradicción en el mundo entre opulencia y miseria, alta tecnología y hambruna, explotación creciente de los recursos y depauperación y desesperanza de miles de millones de seres humanos, mundialización de los mercados y marginación social. La justicia social es condición sine qua non de la sustentabilidad. Sin equidad en la distribución de los bienes y servicios ambientales no será posible construir sociedades ecológicamente sostenibles y socialmente justas”. 

 La sustentabilidad requiere de acuerdos a nivel local, regional y planetario a escala temporal de corto, mediano y largo plazo que fijen políticas ambientales coherentes con los principios éticos que harán posible dicha transición. Entre estos, remarcamos el de la priorización del bien común por sobre el de los bienes individuales en íntima concordancia con el principio 38 del Manifiesto ya trabajado: “La ética del bien común se plantea como una ética para la resolución del conflicto de intereses entre lo común y lo universal, lo público y lo privado. La ética del orden público y los derechos colectivos confrontan a la ética del derecho privado como mayor baluarte de la civilización moderna, cuestionando al mercado y la privatización del conocimiento –la mercantilización de la naturaleza y la privatización y los derechos de propiedad intelectual– como principios para definir y legitimar las formas de posesión, valorización y usufructo de la naturaleza, y como el medio privilegiado para alcanzar el bien común. Frente a los derechos de propiedad privada y la idea de un mercado neutro en el cual se expresan preferencias individuales como fundamento para regular la oferta de bienes públicos, hoy emergen los derechos colectivos de los pueblos, los valores culturales de la naturaleza y las formas colectivas de propiedad y manejo de los bienes comunales, definiendo una ética del bien común y confrontando las estrategias de apropiación de la biodiversidad por parte de las corporaciones de la industria de la biotecnología”.

 Como educadores ambientales, es un imperativo ético a re-trabajar y re-significar el aceptar y enseñar la ética de lo mejor para todos, sin ningún tipo de exclusión. Esto requiere de la cooperación plena y la no competencia dentro de la sociedad y con las demás especies biológicas. Por eso, la educación ambiental se vincula fuertemente con la construcción de una ciudadanía ambiental, en la que los/as habitantes de la Tierra asumamos una ética del cuidado que se proponga la construcción de una sociedad sustentable y nos conduzca hacia un proceso de emancipación que reconozca, como enseñaba Paulo Freire, que nadie libera a nadie y nadie se libera sólo; los seres humanos sólo se liberan en comunión. De esta manera es posible superar la perspectiva “progresista” que pretende salvar al otro (al indígena, al marginado, al pobre) dejando de ser él mismo para integrarlo a un ser ideal universal, al mercado global o al Estado nacional; forzándolo a abandonar su ser, sus tradiciones y sus estilos de vida para convertirse en un ser “moderno” y “desarrollado” (planteo realizado en el principio 27 del Manifiesto citado).

 Como pueden ver, siguiendo estas reflexiones, la ética ocupa un lugar fundamental para lograr la sustentabilidad, como sustrato común de las acciones individuales, sociales y culturales. De no hacer este planteo caemos en posicionamientos técnicos e instrumentales que priorizan la eficacia y la eficiencia por sobre valores humanos como la cooperación, el compromiso y el pensar en plural.

Por ello, como educadores ambientales, tenemos la obligación impostergable de dar la discusión y el debate necesarios en términos ético-políticos, incidiendo de esta manera en el campo de las actitudes y los valores a promover como sociedad.

A continuación, les propongo mirar este video, un corto elaborado por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del Distrito Federal (México) que ilustra los 16 principios postulados por la Carta de la Tierra Internacional a la que adhieren varios países del planeta Tierra:

En este módulo, a medida que vamos entramando ideas, reflexiones, construyendo juntos una senda en común, podemos inferir la fuerza y contundencia que tienen las acciones humanas encaradas colectivamente.

En lo atinente a los conflictos ambientales es impresionante la tarea que vienen llevando a cabo los movimientos sociales.

Raúl Zibechi, escritor, pensador -activista uruguayo, dedicado al trabajo con movimientos sociales en NuestrAmérica- plantea que “los que cambian el mundo son los movimientos sociales, no los gobiernos, los gobiernos pueden reprimir o pueden tolerar, o, en algunos casos, pueden apoyar. Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos, porque lo cambian en todos los espacios, en la microcotidianeidad y en el espacio intermedio. En lo macro, entonces, la potencialidad es esa, la de los movimientos que estamos viendo hoy en América Latina, básicamente, el movimiento de mujeres, el movimiento negro en Brasil y Colombia, los movimientos indígenas, los movimientos contra la minería, los movimientos contra los monocultivos que han tenido triunfos importantes, y son esos movimientos sociales los que han logrado frenar grandes mineras, se ha logrado frenar a Monsanto en Córdoba. Son triunfos que no son fáciles, pero ahí está la potencialidad de los movimientos sociales que están cambiando el mundo”. Compartimos el vínculo a la entrevista que le realizaran a Raúl Zibechi en Desinformemonos.org

En los últimos cuarenta años, la actividad de los movimientos sociales (indígenas, campesinos, urbanos) consiguió modificar las relaciones sociales en casi todos los países de América Latina. Por un lado, abrieron espacios en las instituciones y alentaron a los gobiernos a democratizarse, y en aquellos casos en que esto no fue posible, estos movimientos sociales se constituyeron en el principal factor de resistencia. En segundo lugar, en los propios movimientos, la intervención de sujetos subalternos favoreció diseños organizativos más participativos y abiertos. Por último, pero quizá lo más importante, la impronta de la acción colectiva ha impacto y sigue haciéndolo en la vida cotidiana de modos muy diversos, que pueden resumirse en la ampliación de los espacios de participación, debate y organización de las personas, de modo muy destacado las mujeres y los jóvenes. A través de sus diversas formas de acción y de sus múltiples espacios de intervención, los movimientos sociales de NuestrAmérica hicieron visibles a los oprimidos, y en relación a lo ambiental fueron los principales propulsores de la movilización en torno a conflictos ambientales de alta densidad: destrucciones de los más diversos ecosistemas, multinacionales petroleras y mineras haciendo estragos a lo largo de todo el territorio, contaminación de los grandes acuíferos de nuestra Abya Yala, pérdida de tierras por la modernización promovida por la revolución verde, fumigaciones que enferman y matan a poblaciones indefensas, indios esclavizados en las haciendas que saltaron las cercas para re-crear comunidades; migrantes urbanos que poblaron las barriadas periféricas construyendo otra ciudad más allá de la ciudad neocolonial/neoliberal.

Una muestra de la acción constante de los movimientos sociales en Argentina pone en evidencia la lucha contra las megamineras, el enfrentamiento contra las transnacionales del agronegocio y las corporaciones del campo, la defensa del agua, de todos los bienes naturales comunes, y de la salud de nuestros pueblos. Algunos de estos movimientos sociales y asambleas ciudadanas aparecen en el video que presentamos a través de este vínculo: 

Algunos ejemplos de los movimientos campesinos, que es necesario reconocer y compartir:

En este vínculo podemos encontrar movimientos sociales que proponen la protección y defensa de nuestros ríos: Era Verde

Textos en clases

Manifiesto por la vida. Por una ética para la sustentabilidad.

VER MATERIAL 

Elizalde, Antonio (2002). Capítulo Sustentabilidad. Versión corregida y ampliada del artículo “Otro sistema de creencias como base y consecuencia de una sustentabilidad posible” escrito por Antonio Elizalde que fue publicado en Ética, vida y sustentabilidad, Enrique Leff (coord.), PNUMA, México D.F., 2002.

Toledo, Víctor (2015). ¿De qué hablamos cuando hablamos de sustentabilidad? Dossier.

VER MATERIAL 

Zibechi, Raúl (2006). Movimientos sociales: nuevos escenarios y desafíos inéditos – Observatorio Social de América Latina (Año VII no. 21 sep-dic 2006) En: Buenos Aires Lugar CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales Editorial.

VER MATERIAL 

Zibechi, Raúl y Hardt, Michael (2013). Preservar y compartir bienes comunes y movimientos sociales. Editorial Mardulce. Buenos Aires.

VER MATERIAL 

Zibechi, Raúl (2012). Movimientos sociales y acción colectiva en América latina.

VER MATERIAL 

Bibliografía ampliatoria

Leff, E. (2002). Saber ambiental. Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder. México: S.XXI Editores – PNUMA.

VER MATERIAL 

Motomura, O. (2002) “Desarrollo sustentable: principios éticos para hacer que las cosas pasen. Artículo publicado en Leff (Coordinador) “Ética, vida, sustentabilidad”. Colección Pensamiento Ambiental Latinoamericano. PNUMA. México.

VER MATERIAL 

Tonatiuh Ramírez Beltrán, Meixueiro Hernández, Rafael (Coordinadores) (2016). Once estrategias didácticas fundamentadas de la educación ambiental para la Escuela. México: Editorial La Zonámbula.

Trellez Solis, E. (2002) “La ética ambiental y la educación ambiental: dos construcciones convergentes”. Artículo publicado en Leff (Coordinador) “Ética, vida, sustentabilidad”. Colección Pensamiento Ambiental Latinoamericano. PNUMA. México.

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Otros materiales accesibles a través de la web:

Manuales de Educación Ambiental – Ideas y propuestas para docentes

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Cartografías del Sur – Universidad Nacional de Avellaneda – Texto Cartografías del sur. Revista de Ciencias, Arte y Tecnología.

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Módulo III: Conflictos ambientales

Problemas y conflictos ambientales. Crisis ambiental: manifestaciones en el orden global, regional y local. Multidimensionalidad en el abordaje de los conflictos ambientales. Problemas de la urbanidad y la ruralidad. Contaminación, explotación de recursos, extinción de especies, transformación de los paisajes y de las culturas, calentamiento global. Movimientos sociales y su perspectiva en relación a la crisis ambiental. Estudio de casos.

Presentación de la clase

En este tercer espacio de encuentro y trabajo que les proponemos desde CTERA, vamos a comenzar a explorar un concepto, cuya dimensión está fuertemente arraigada en los diversos acercamientos que propone la Educación Ambiental. En todos los territorios y geografías de NUESTRA CASA COMÚN se han multiplicado las manifestaciones cotidianas llamadas Conflictos ambientales.

Nuestro territorio no está exento: la resistencia a la minería a cielo abierto, las movilizaciones y debates en torno a la sanción de la ley de protección de bosques nativos, la ley de glaciares, la ley de semillas, la oposición a nuevas instalaciones de rellenos sanitarios en las grandes ciudades,  las demandas de los vecinos afectados por la contaminación con agrotóxicos (los “pueblos fumigados”) son la cara más visible de otras tantas manifestaciones que expresan una creciente conflictividad en relación al acceso, la disponibilidad, la apropiación, la distribución y la gestión de nuestros bienes comunes naturales. Estas manifestaciones de carácter popular, que han ganado la calle y se expresan en espacios públicos, ponen en tensión el sentido de la noción de desarrollo, desarticulándola. De este modo, se evidencia el impacto ambiental en el mediano y largo plazo y el modo en que tales acciones afectan/afectarán los territorios con carácter definitivo e irreversible, en la mayor parte de los casos.

En Argentina, durante los últimos años, la cuestión ambiental ha ganado centralidad pública. En las últimas décadas, el campo de la política ambiental ha sido un ámbito subsidiario en el conjunto de las políticas públicas. Haciendo un repaso histórico puede observarse que en los años del auge desarrollista, cierto nivel de contaminación era entendido como el costo que había que pagar para entrar en la senda del progreso. Durante los gobiernos de facto se llevó a cabo una acción centrífuga, expulsando a la periferia los costos ambientales. Dentro de la misma lógica, los gobiernos de corte neoliberal, continuaron privilegiando la apertura económica, la desregulación, las privatizaciones y la competitividad, dejando afuera todas las ideas de cuidado, preservación de los bienes comunes naturales. Durante las gestiones de gobiernos de raigambre más popular, ante la necesidad de reconfiguración de economías fuertes, en plena reactivación, los debates sobre un desarrollo sustentable quedaron/quedan en suspenso. Como ha señalado Martínez Alier (1998), el PBI y sus componentes son magnitudes que pueden servir como instrumentos en ciertas políticas macroeconómicas pero resultan indicadores muy pobres para identificar avances en materia de bienestar humano y más aún para evitar la degradación de la naturaleza.

Como se planteara en el Manifiesto de la 39° Asamblea RENACE (2016): “Las zonas de sacrificio que aumentan día a día en nuestro territorio, en la forma de mineras, zonas contaminadas, suelos agotados o tierras saturadas de químicos, nos van convirtiendo en refugiados ambientales empobrecidos, aglutinados y aislados en ciudades colapsadas, insustentables, poluídas, fragmentadas y riesgosas, despejándose de habitantes amplias áreas del país que resultan utilizadas luego por las corporaciones. En esos territorios hay historia, había cultura, había gente.”

“El ecologismo pugna por instalar una mirada y una acción crítica que interpele el crecimiento capitalista y sus procesos insustentables que han llevado a la crisis civilizatoria, y que a la vez, de cuenta desde la ética, de las prácticas de desarrollo que aseguren la permanencia de la especie en el planeta, y de todas las demás especies, pues la pérdida de una sola de ellas, nos empobrece como humanidad”.

Compartimos el vínculo con el Manifiesto de la 39° Asamblea de RENACE, publicada en la Red Eco Alternativo

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Mapa 1

Todas las acciones predatorias contra los bienes comunes naturales son el producto de prácticas que intentan cosificar y mercantilizar esos bienes comunes (llamados, desde otra perspectiva, recursos naturales) y la vida misma. Nuestro territorio, en diferentes épocas, siempre ha sido considerado como “una reserva inagotable de recursos naturales” y por lo tanto, una fuente de ingresos que beneficiarían a los sectores del poder concentrado, que se encuentran diseminados a lo largo y a lo ancho del planeta. Existen dos imágenes sobre América Latina, una plantea que ésta se ha construido en base al saqueo y la expoliación de sus recursos, la otra visión es la que plantea la ilusión desarrollista fundada en la idea de que será posible alcanzar niveles de desarrollo superior, explotando los “recursos naturales” que requieren los países centrales.

Vamos a plantear algunos conflictos ambientales, en función de la relevancia que van teniendo en el territorio nuestroamericano.

La defensa del agua. Luchas y resistencias por el agua como fuente de vida:

Mapa 2

¡El agua, fuente de vida! ¿Cuántas veces hemos escuchado esa afirmación? Al observar un mapa hidrográfico de América del Sur, no podemos menos que justificar el nombre que muchos pueblos originarios que habitaban la región, le daban a este territorio nuestroamericano: Comarca del agua. Los grandes y majestuosos ríos atraviesan selvas, bosques nativos, estepas, montañas, planicies. Y durante siglos nos comportamos como si este bien común fuera inagotable. El agua se está contaminando, agotando y privatizando. En algunos lugares, no existe el acceso público a los cursos de agua. Todos los movimientos sociales que han ido surgiendo en torno a este tema, vienen exigiendo desde hace 20 años, análisis de agua potable con detección de químicos utilizados en la agricultura industrial, en la minería, en el fracking y los productos veterinarios utilizados en el marco del modelo productivo hegemónico.

La Carta XV de Naciones Unidas de 2002 reconoce el Derecho al Agua como un Derecho Humano y determina que si los Estados otorgan la concesión del servicio, a alguna empresa privada, deben ejercer los mecanismos de control correspondientes. Esto se complementa con declaraciones posteriores, como el Tratado de Naciones Unidas de octubre de 2010, que declara el derecho al agua y el derecho al saneamiento como derechos humanos fundamentales, ligados a la salud y a la vida.

Durante la década del ´90, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y corporaciones internacionales dedicadas al comercio del agua promovieron el concepto de agua como mercancía, sujeta a las leyes de oferta y demanda del mercado, completamente cosificada, sólo accesible para quienes tuvieran/tienen dinero. Al respecto, les proponemos compartir un cortometraje de animación Abuela Grillo, quizá conocido, pero su diseño y realización, amorosamente elaborados, nos propone una estética para acercarnos al problema de manera comprensible para todas las edades. La abuela grillo forma parte de la mitología del pueblo indígena Ayoreo de Bolivia. Es la dueña de la lluvia y por medio de su canto logra reverdecer los lugares por los que va pasando. Es una producción realizada por dos países: Bolivia y Dinamarca. Su director es Denis Chapon.

¿Lo vemos?

En la misma línea, pero con otras complejidades, puede verse la película “También la lluvia” filmada íntegramente en Bolivia, dirigida por Icíar Bollaín. Es una película dentro de otra película.

Narra el rodaje de un filme de época en torno al mito de Cristóbal Colón, al que pocos pintan como en realidad fue: un hombre obsesionado por el oro, cazador de esclavos y represor de etnias. Esa película se está rodando en un contexto basado en hechos reales del año 2000, cuando la población de Bolivia se levantó contra una poderosa multinacional estadounidense y recuperó un bien básico: el agua. Cuando la compañía norteamericana Bechtel intentó subir de manera disparatada el precio del agua, tuvo lugar una protesta y movilización popular que  la obligó a abandonar el mercado boliviano, quedando cancelado el contrato e instalándose  una nueva compañía bajo control público.

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Afortunadamente con las declaraciones de los años 2002 y 2010 se ha comenzado a revertir este problema y hoy existe una clara conciencia de los pueblos respecto del agua como derecho humano.

Esto ha determinado, el diseño y aplicación de instrumentos legales para la defensa del agua como bien común y derecho humano fundamental. Sin agua no hay vida, sin agua no hay tierra fértil para la producción de alimentos, sin agua no hay vida animal, ni vegetal, no existiría el planeta como lo conocemos. Los diferentes pueblos siempre se asentaron próximos a las fuentes de agua dulce, para desarrollar su cultura y construir un porvenir.

Hoy, muchas fuentes de agua están agotadas, contaminadas, están muriendo, como nos muestran estas fotos del río Paraná que está sufriendo una de las mayores bajantes registradas en los últimos 100 años: por un lado puede observarse una foto del Paraná a la altura del túnel subfluvial que une a las ciudades de Santa Fe y Paraná, por el otro el puente que une las ciudades de Corrientes y Resistencia (foto obtenida del diario Corrientes, hoy del día 2 mayo de 2020).

Compartimos este vínculo del mismo periódico para que puedan observar más imágenes de la bajante histórica de uno de los ríos más caudalosos del continente.

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El elemento primordial es el agua, porque es el agua el elemento que da la vida. Por eso hablamos del cuidado, de la preservación, expresamos la necesidad de utilizarla de una manera responsable, de no derrocharla, de no contaminarla, de cuidarla, de preservarla, para nosotros y para los/las que vendrán. Las asambleas ciudadanas y colectivos afines en nuestro país, hacen un trabajo extraordinario en su defensa. Sólo a título de ejemplo, podemos nombrar algunas: Unión de Asambleas Patagónicas (UAP); Unión de Asambleas de Chubut (UACH); Unión de Asambleas del Kurru Leufu (Río Negro); Asamblea de Comodoro Rivadavia (Chubut); Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Viedma y Patagones; Asamblea Centenario Libre de Fracking (Centenario, Neuquén); Asamblea en Defensa del Agua y de la Tierra (Bolsón, Río Negro); Asamblea Permanente del Comahue por el Agua Allen (Río Negro); Autoconvocados por el Agua Cuenca del Senguer (Sarmiento, Chubut); Colectivo Social y Ambiental Unidos por las Aguas de la Cuenca Currú Leuvú de Viedma y Patagones. (Río Negro y Bs. As.); Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH); Vecinxs en Defensa de la Cuenca del río Azul (Comarca Andina del Paralelo 42); Asambleas por la defensa del Agua en Mendoza, en San Juan; Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú… Y esto, es sólo una muestra de todos los movimientos existentes en el país que se ocupan de la defensa de nuestros bienes. Surgieron frente a cada acción injusta contra nuestros bienes comunes naturales, frente a cada situación de conflicto: Gualeguaychú y la pastera, la cuenca Matanza – Riachuelo, el “agua de Mendoza que no se negocia” ante el embate de las Mineras, el agua de Jachal en San Juan, en idéntico sentido que el anterior, el agua de nuestros mar que es contaminada con derrames de petróleo, y otras sustancias tóxicas, nuestras aguas subterráneas que reciben dada la permeabilidad del suelo, los agrotóxicos que se utilizan en la agricultura industrial. Por ello, repetimos juntos/as la consigna: “El agua está en peligro. La vida está en peligro. Defendámosla”.

Un material imprescindible para trabajar el tema del agua, que vamos a adjuntar como propuesta, es el Hidroscopio de Ramón Vargas y Nidia Piñeyro, editado por PNUMA, Serie Manuales Educación y Capacitación Ambiental:

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Para los profesores de educación inicial y primaria, les recomendamos el libro “El agua, una historia de terror” de Crespi Martín – Chereau, Diana – Pachamamita Libros. Pueden visitar el vínculo para acercarse al material:

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Por último, y con el afán de recrear sentidos existenciales desde una estética que considera todas las expresiones artísticas como imprescindibles, les regalamos esta canción de Jorge Fandermole: “Oración del Remanso” que se refiere a un lugar del Río Paraná.

La megaminería y sus consecuencias:

Mina de Chuquicamata, Antofagasta, Chile

Podemos comenzar diciendo que dentro del modelo extractivista, es una de las prácticas más nocivas, devastadora de montañas, atenta contra la salud de los pueblos y de todos los seres vivos porque envenena el agua, transforma radicalmente los ecosistemas y exprime la tierra hasta agotarla, después de removerla y destruirla. En la década del ´90, una serie de incentivos aprobados por los gobiernos de turno en toda NuestrAmérica, permitió el ingreso masivo de las grandes corporaciones transnacionales: las canadienses Barrick Gold, Aur Resources, Placer Dome, Falcon Bridge, Yamana Gold; las estadounidenses Phelps Dodge, Newmont, Exxon, Río Tinto (Inglaterra); BHP-Billiton de Australia; Sumimoto y Mitsubishi, de Japón; Anglo American Ashanti de Sudáfrica y Xstrata Cooper de Suiza, entre las más importantes. De hecho, estábamos y estamos ante un modelo neoliberal neocolonial que nos impone un proceso de expropiación ecológica sin precedentes.

Minera Alumbrera, Catamarca, Argentina

Sólo a título de ejemplo, podemos pensar juntos/as a partir del análisis de la tabla de insumo/producto del primer mega-emprendimiento minero en Catamarca, Argentina, el de Minera Alumbrera, que indica que ésta extrae anualmente: 180.000 toneladas de concentrado de cobre, para lo cual “procesa” 480.000 toneladas de material rocoso por día, empleando 105.600 kg. de explosivos diarios (conocido como ANFO -del inglés: Ammonium Nitrate – Fuel Oil- un explosivo de alta potencia que consiste en una mezcla de nitrato de amonio y combustible derivado del petróleo),  100 millones de litros de agua diarios92.500 litros de combustible diésel por día y 764,44 gwh de electricidad anuales, así cada tonelada de concentrado de cobre exportado por Alumbrera le cuesta al territorio nacional 203.000 litros de agua4,25 mwh de energía eléctrica973 toneladas de estériles tóxicos a perpetuidad, y 188 litros de combustible aproximadamente. A esto debería agregarse la “capacidad atmosférica” para absorber las 1562,2 toneladas de gases nitrosos que anualmente son liberadas como consecuencia de las voladuras.

A continuación, compartimos una entrevista realizada por el Colectivo Minka Arte y Comunicación, a Javier Rodríguez Pardo. Antes de compartir el video, veamos ¿quién fue Javier? Para ello, te proponemos visitar este vínculo:

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Como material complementario pueden analizar el documental “Espejitos de colores” – guión y dirección de Miguel Mato. Este documental aborda la temática de la minería a cielo abierto y sus consecuencias sociales y ambientales. Trascurre en Argentina, y es una clase abierta de los problemas de la minería que pueden aplicarse a toda América Latina. Actualmente, hay más de 600 proyectos mineros sólo en la cordillera de los Andes de Argentina y Chile. Todos igualmente depredadores, contaminantes, violatorios de valores tales como la soberanía de los países donde se ejerce. Además de mostrar los efectos de la minería a cielo abierto, el documental se detiene en la resistencia de los pueblos afectados y en el rol de las corporaciones. Como en los tiempos de la conquista, el documental revela la inequidad de trocar el oro de Abya Yala por los espejitos de colores del siglo XXI: desarrollo, progreso, trabajo. En el intercambio, falaz y desparejo, arrasan con el agua, las tierras de cultivo, la cultura, la identidad, el concepto de nación. Todo, por oro, el más puro de los metales, y el que más corroe las voluntades humanas.

 Para acceder al documental, abra este vínculo:

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En torno a este tema, la movilización popular, las asambleas ciudadanas, movimientos sociales y otras organizaciones van configurando espacios de lucha y resistencia que progresivamente comienzan a sentar jurisprudencia.

Al respecto, pueden verse algunos logros en el plano de la justicia, como el del ejemplo planteado en este vínculo:

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Para las/los profesoras/es que trabajan con los más pequeños, los invitamos a trabajar de Crespi, Martín “La asombrosa historia de la mega-minería y las mini-regalías” con ilustraciones de Ana Pascale, cuento editado por Pachamamita libros

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El agronegocio: Estrategias para le recolonización del continente

Mapa 3

A finales de la década del ´90 tiene lugar la introducción de la soja transgénica en nuestro país. Este hecho constituyó un punto de inflexión que garantizó el avance del agronegocio en el cono sur. La imposición de los cultivos transgénicos, el fortalecimiento de la soja como commodity global y la apertura neoliberal reinante determinaron una escalada sin precedentes del área dedicada a ese monocultivo.

Monsanto usó a Argentina como cabeza de playa, desambarcó aquí y concretó su invasión en el cono sur, contaminando los países vecinos con semillas que clandestinamente cruzaban las fronteras. A pesar de la resistencia de muchos de los movimientos sociales en los países limítrofes, todos sucumbieron a los transgénicos.

En la temporada 2018/2019 se sembraron con soja transgénica alrededor de 17.000.000 de hectáreas bajo la técnica de siembra directa. Esta superficie representa más del 50 % de la superficie agrícola del país. El 100 % de la soja que se siembra es transgénica resistente al herbicida glifosato (soja RR).

El periodista Dario Aranda -colaborador de Página 12, trabaja junto a comunidades campesinas e indígenas y ha puesto de relieve el impacto del modelo económico extractivo en las poblaciones rurales- publicó en agosto de 2019: “En Argentina, según datos oficiales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en 1995 se utilizaron 42 millones de litros de herbicidas. En 1996 se aprobó la primera soja transgénica (de Monsanto) y el crecimiento del uso de herbicidas fue geométrico: 252 millones de litros en 2011 (último año publicado por INTA). El glifosato es el principal herbicida utilizado. En 2016, datos de la Casafe (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) señalan que se llegó a 290 millones de litros anuales”.

Te invitamos a leer el artículo completo publicado en KAOSENLARED en este vínculo:

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Imagen de tapa del libro ¿Nos envenenan? de Gilles Séralini

El origen de los pesticidas que se utilizan en el campo argentino, tienen un ADN bélico, ya que fueron desarrollos por compañías (Basf, Bayer) que tuvieron, en principio, una actuación importante en algunas de las Guerras Mundiales. En aquel momento, los pesticidas se utilizaban para atacar los campos de cultivo del enemigo. Los británicos comienzan a investigar y surge el 2 4 D que parte de una molécula que se sintetiza para terminar con los cultivos de papas y de remolachas de la Alemania nazi. Al mismo tiempo, el objetivo era erradicar la utilización que se estaba haciendo de la remolacha como combustible para las bombas volantes, que caerían sobre las grandes ciudades europeas. La utilización de esta molécula reaparece en la Guerra de Vietnam. Para ello, el gobierno de Estados Unidos y Monsanto sintetizaron nuevas moléculas que combinaron con ese 2 4 D, para desarrollar lo que sería el Agente Naranja que se usa justamente en la Guerra de Vietnam para erradicar tanto zonas selváticas como los cultivos de arroz del Vietcong. A mediados de los años ´70, muchas de estas compañías entienden que la producción agrícola va a tener una incidencia directa en la alimentación del planeta y que para eso había que desarrollar insumos que pudieran ser utilizados, las armas químicas son reconvertidas en pesticidas, en plaguicidas para aplicar en los campos. Estas compañías empiezan a exportar este modelo a todo el mundo. Argentina ha alcanzado una gran competencia y experticia en la utilización de este tipo de sustancias que fueron desarrolladas con fines de exterminio directo de cultivos. Las corporaciones de la industria bélica reciclaron sus productos y hoy, esas sustancias se utilizan en la producción alimentaria.

En esta propuesta que hacemos, merece un capítulo aparte (y lo tendrá) el impacto que estas sustancias generan en la salud de nuestros pueblos rodeados por desiertos verdes de eventos transgénicos dependientes de agrotóxicos.

Frente a los conflictos ambientales, siempre surge el trabajo, la denuncia, la reflexión y el aprendizaje de experiencias anteriores por parte de nuestros pueblos. En este sentido, los movimientos sociales se expresan de diversos modos: movimientos, declaraciones, reuniones de Pueblos Fumigados como “Paren de Fumigarnos”, de Médicos de Pueblos Fumigados, etc.

A continuación como expresión de las luchas existentes compartimos sólo algunos ejemplos como el de las Madres del Barrio de Ituzaingó (Córdoba) que después de 20 años de lucha llegan a la concreción de un juicio histórico como puede verse en este artículo de la publicación La Tinta

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Y la entrevista a Carlos Manessi que coordina la Multisectorial “Paren de Fumigarnos” de Santa Fe:

Por último, y como otra sugerencia para seguir interiorizándonos de estas acciones rotundamente destructivas de nuestro ambiente, les proponemos ver el documental de Pino Solanas: Viaje a los Pueblos Fumigados (2018)

Para las/los profesoras/es de educación primaria e inicial, recomendamos dos libros de cuentos:

“La fabulosa historia de la sojita traviesa” – Ilustraciones de Ana Pascale – Pachamamita libros

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“La increíble historia de las perdices que comieron felices” de Martín Crespi y Diana Chereau Ilustraciones Diana Chereau – Pachamamita libros.

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El efecto invernadero y el calentamiento global

Pero cómo Uds. ¿Recién comenzaron a destruir el planeta? Quino

Desde la perspectiva del Pensamiento Ambiental Latinoamericano nos referimos al efecto invernadero y al calentamiento global, entendiendo este último como la respuesta/reacción de nuestro planeta ante las alteraciones de la atmósfera que estamos llevando a cabo los/las humanos/as. El efecto invernadero es un proceso natural por el cual los gases que están presentes en la atmósfera “atrapan” la radiación que la Tierra, a su vez, reemite al espacio. Esta emisión de la Tierra es producto del calentamiento de su superficie por la radiación solar.  Así, el efecto invernadero hace que la temperatura media de la Tierra sea de alrededor de 33° C, mayor que si este proceso no ocurriera. Aunque la superficie terrestre, los océanos y los hielos son calentados directamente por el Sol, no absorben la energía. Parte de ella es devuelta hacia la atmósfera como otro tipo de energía que, una vez en ella, es retenida momentáneamente por el vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y otros gases, como los clorofluorocarbonos, los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos, el óxido nitroso y el hexafluoruro de azufre, entre los más importantes. Los gases que tienen esta propiedad se denominan gases de efecto invernadero (GEI). Otros gases, como el oxígeno y el nitrógeno, aunque se encuentran en mayor proporción en la atmósfera, no contribuyen al efecto invernadero. Como resultado, el planeta se mantiene lo suficientemente templado como para hacer posible la vida.

El efecto invernadero impide que los días sean demasiado calurosos o las noches demasiado frías. Si este fenómeno no existiera, las fluctuaciones serían intolerables. A pesar de ello, una pequeña variación en este delicado balance de absorción y emisión de energías puede causar graves estragos.

Los productos de muchas actividades humanas contribuyen sustancialmente al incremento del efecto invernadero: la quema de combustibles fósiles, la agricultura, la ganadería, la deforestación, algunos procesos industriales y los depósitos de residuos urbanos provocan el aumento de las concentraciones de estos gases de efecto invernadero en la atmósfera. Este incremento de las concentraciones de los GEI hace que la capacidad de la atmósfera de retener parte de la energía reflejada por la Tierra aumente, lo cual produce finalmente el calentamiento global. El aumento en la concentración de estos gases no sólo va provocando cambios en la temperatura sino también en el clima mundial: alteraciones en los regímenes de precipitaciones, incremento de la desertificación, de los ciclos agrícolas y el derretimiento de los hielos, lo que, además, incrementaría el nivel del mar causando inundaciones en las zonas costeras. También el vapor de agua presente en la atmósfera realiza una contribución importante al efecto invernadero.

Hace casi 20 años, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (PICC/IPCC) comunicó en uno de sus informes: “Existen pruebas nuevas y más convincentes de que la mayor parte del calentamiento observado durante los últimos cincuenta años, se puede atribuir a actividades humanas.”

Hay que tener en cuenta también, que los compuestos sintetizados, que no existían en la atmósfera naturalmente, son más difíciles de procesar por los sistemas naturales; por ello, sus emisiones tenderán a permanecer en la atmósfera más tiempo que las de aquellos de origen natural. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha ido aumentando, desde la Revolución Industrial, de 280 a 365 partes por millón.

Arte Satírico de Pawel Kuczynski

El clima de la Tierra ha cambiado muchas veces a lo largo de la historia. Esta variación se debió a cambios naturales que se han producido en el equilibrio entre la energía solar entrante y la energía reemitida por la Tierra hacia el espacio. Entre las causas naturales de esas variaciones se pueden citar las erupciones volcánicas, los cambios en la órbita de traslación de la Tierra, los cambios en el ángulo del eje de rotación de la Tierra con respecto al plano sobre el que se traslada y las variaciones en la composición de la atmósfera. Los incrementos de temperatura no son homogéneos en el planeta. Sin embargo, el sistema climático global se ve alterado con aumentos de temperaturas, modificaciones en los regímenes de precipitaciones en muchas regiones e incrementos de la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos, generadores de inundaciones y sequías. El calentamiento global tiene impacto también sobre el nivel del mar. En el último siglo, éste ha crecido alrededor de 20 cm.

Arte Satírico de Pawel Kuczynski

Un cambio climático global de la magnitud y la velocidad que algunas organizaciones vienen previendo, provocaría alteraciones importantes en la biosfera que podrían conducir a migraciones y extinciones de numerosas especies. Estos cambios afectarían también las actividades humanas en general y, muy en especial, las que son críticamente dependientes del clima, como la agricultura. Además, tendrían efectos adversos sobre la salud humana debido al desplazamiento de algunos vectores transmisores de enfermedades. Por ejemplo: el desplazamiento de Aedes aegypti a regiones ubicadas más al sur de la zona tradicional de dispersión poblacional del vector del virus dengue, situación que, como sabemos, viene ocurriendo en la actualidad.

La combinación de modificaciones en el sistema Tierra-Atmósfera-Océanos-Biosfera a escala planetaria suele denominarse Cambio Global. Como puede verse, este concepto resulta más amplio y abarcador que el de cambio climático. En tal sentido, entendemos por Cambio Global la integración de los problemas ambientales causados por hechos que tienen su origen en las actividades humanas y que dependen de la cantidad de la población planetaria, su nivel de consumo (en particular energético) y la elección de las tecnologías. Estas causas, entre otras, conducen al calentamiento terrestre, el adelgazamiento de la capa de ozono, la modificación de la biodiversidad, la desertificación, las precipitaciones ácidas y la eutrofización de las aguas.

 

Argentina no escapa a la influencia del calentamiento global y estudios recientes han mostrado que ya ha habido un aumento entre medio y un grado de temperatura (sobre todo la mínima) en los últimos 50 años, coincidentemente con el calentamiento global. También se ha encontrado que hay un aumento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor, así como un aumento de intensidad de los eventos extremos de lluvia.

Se han realizado acuerdos tendientes a regular la emisión de gases a la atmósfera, pero el principal problema radica en que esos gases se relacionan principalmente con el uso de combustibles fósiles, es decir, con el uso de petróleo, carbón, que nosotros utilizamos para transporte, energía, y es por eso que el desafío es transicionar a formas de energía renovables, más amigables con la naturaleza, mejorando la eficiencia del transporte, evolucionando hacia modelos de producción agrícola sustentables. La modificación de pautas de producción y consumo así como la integración de infraestructuras, tecnologías, instituciones y normativas aparecen como los principales puntos de la transformación cultural que implica la conversión hacia una economía basada en la reducción del uso de carbono.

Para que las estrategias de adaptación a seguir sean efectivas es imprescindible reducir las incertidumbres con respecto a los cambios previstos y ello sólo puede realizarse si se priorizan investigaciones y proyectos de estudio y trabajo en temas relativos a la ciencia climática para considerar los cambios observados y las perspectivas futuras.

Las estrategias didácticas que podemos utilizar como trabajadores/as de la educación para abordar estos temas, constituyen una construcción continua, confluyen multiplicidad de búsquedas, en un proceso de retroalimentación entre la cultura y la naturaleza, los/las docentes y los/las estudiantes, la escuela y la comunidad, generando procesos creativos y comprometidos con la realidad, promoviendo la construcción de procesos de enseñanza – aprendizaje destinados a alcanzar una sociedad basada en la justicia ambiental, social y por supuesto, curricular.

Nos quedan por abordar muchos otros conflictos ambientales, seguiremos buscando el modo de aproximarnos a cada uno de ellos. Hasta el próximo encuentro.

Referencias

Mapa 1: Expresión artística extraída de Crespi, M. (2019). Naturaleza humana. El arte como expresión. Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina: Pachamamita libros.

Mapa 2: Cartografía de América del sur – disponible en Google.

Mapa 3: Expresión artística extraída de Crespi, M. (2019). Naturaleza humana. El arte como expresión. Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina: Pachamamita libros.

Las fotografías pertenecen a imágenes seleccionadas de artículos periodísticos, publicados en prensa nacional y regional.

Otras imágenes disponibles en la web: Imagen de tapa del Libro ¿Nos envenenan? de Gilles Séralini; Viñeta de Quino, de su obra Si, Cariño! (1987); 2 imágenes de las obras de Arte Satírico de Pawel Kuczynski, joven ilustrador nacido en Szczecin (Polonia), ganador de 92 premios nacionales e internacionales en caricatura e ilustración. Explica que trata de convertir en dibujos sus observaciones sobre la condición humana y cree que los artistas pueden cambiarlo todo. Polemiza e ironiza sobre la realidad. Sus trabajos son una denuncia constante al estado de cosas naturalizado; por último imagen de la frase de Eduardo Galeano disponible en la web.

Textos de la clase

Aranda, D. (2015). Tierra arrasada. Petróleo, soja, pasteras, megaminería. Radiografía de la Argentina del siglo XXI. Buenos Aires: Sudamericana.

Crespi, M. (2019). Naturaleza humana. El arte como expresión. Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina: Pachamamita libros.

Manifiesto por la vida. Por una ética para la sustentabilidad

VER VÍNCULO 

Merlinsky, G. (comp.) Cartografías del conflicto ambiental en Argentina. Buenos Aires: Clacso Libros

VER VÍNCULO 

Merlinsky, G. (comp.) Cartografías del Conflicto Ambiental en Argentina II – Buenos Aires: Clacso Libros

VER VÍNCULO 

Séralini, Gilles Éric. (2014) ¿Nos envenenan? Transgénicos, pesticidas y otros tóxicos. Como afectan a nuestras vidas y como se ocultan sus consecuencias. Barcelona: Ned Ediciones.

Vargas, R. – Piñeyro, S. (2005) Hidroscopio. Texto: Serie Manuales de Educación y Capacitación Ambiental (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente – Oficina Regional para América Latina y el Caribe – Red de Formación Ambiental.

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Otra Bibliografía

Leff, E. (2002). Saber ambiental. Sustentabilidad, racionalidad, complejidad, poder. México: S.XXI Editores – PNUMA.

VER VÍNCULO 

Motomura, O. (2002) “Desarrollo sustentable: principios éticos para hacer que las cosas pasen. Artículo publicado en Leff (Coordinador) “Ética, vida, sustentabilidad”. Colección Pensamiento Ambiental Latinoamericano. PNUMA. México.

VER VÍNCULO 

Tonatiuh Ramírez Beltrán, Meixueiro Hernández, Rafael (Coordinadores) (2016). Once estrategias didácticas fundamentadas de la educación ambiental para la Escuela. México: Editorial La Zonámbula.

Trellez Solis, E. (2002) “La ética ambiental y la educación ambiental: dos construcciones convergentes”. Artículo publicado en Leff (Coordinador) “Ética, vida, sustentabilidad”. Colección Pensamiento Ambiental Latinoamericano. PNUMA. México

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Otros materiales

Manuales de Educación Ambiental – Ideas y propuestas para docentes

VER VÍNCULO 

Cartografías del Sur – Universidad Nacional de Avellaneda – Texto Cartografías del sur. Revista de Ciencias, Arte y Tecnología.

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