Trabajos para una sociedad justa, incluyente, democrática y participativa

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lunes, 29 de junio de 2020

TRAYECTO UNLAR 2020 MÓDULO V: “Diseño, Práctica y Reflexión de la Enseñanza” - EMILIA Y VIVIANA

Trayecto Pedagógico Universitario

MÓDULO V: “Diseño, Práctica y Reflexión de la Enseñanza”

Profesora Lic. Esp. Adriana Irene Ferraris

Dictado con modalidad a distancia entre 15 de Mayo al 26 de Junio de 2020  (en Contexto de emergencia Sanitaria)


TRABAJO FINAL DEL MÓDULO 5 DEL TRAYECTO PEDAGÓGICO

 

PARTICIPANTES: EMILIA ROBLES Y VIVIANA BOGNAR

 

NUESTRAS PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA EN LA VIRTUALIDAD

Buscamos palabras claves, disparadores y conceptos que nos dejaron la participación, la lectura y el intercambio a lo largo de este módulo.

En un segundo momento nos centramos en los problemas de las prácticas de la enseñanza en la virtualidad y seleccionamos cuatros palabras claves.

Comenzamos a enhebrar y entrelazar estas ideas, conceptos y palabras para formularnos preguntas y certezas.

LLUVIA DE PALABRAS

Diálogo – Mirada – Intercambio – Revisión – Mediaciones – Encuentro – Trabajo con otro – Observación – Reflexión – Autoevaluación – Coevaluación – Cambio – Ruptura – Enseñanza – Aprendizaje – Consignas – Búsqueda – Preguntas – Distancia – Cercanía – Proximidad – Certezas

PALABRAS CLAVE

Cuerpo – Respiración – Voz – Emoción

DEFINICIONES DESPUÉS DEL INTERCAMBIO DE IDEAS Y BIBLIOGRAFÍA

DIÁLOGO: “…El lenguaje de la enseñanza es básicamente de carácter discursivo, ya que apela a la palabra oral y escrita, transpone en símbolos lingüísticos los hechos de la cultura para poder así resolver la transmisión de los mismos. El discurso que se constituye en el aula en el proceso de transmisión de saber es caracterizado por varios autores como “discurso académico”…” (Edelstein, Salit y otros). Este discurso académico está en nuestras asignaturas regido en gran parte por la palabra oral y el lenguaje del cuerpo. ¿Cómo dialogamos desde el cuerpo y la palabra oral cuando media una pantalla, un micrófono?

MIRADA/OBSERVACIÓN: la mirada me permite observar. “…La observación es un proceso que precisa atención voluntaria y selectiva en función del objetivo que se quiere lograr…” (De Ketele, 1984)

Desde luego, educo la mirada para “… poder identificar lo particular, lo concreto, lo diferente y único… El ejercicio requiere activar la capacidad de observación, discriminación, interpretación y análisis sobre fenómenos, objetos, sujetos, comportamientos, procesos y realidades que se muestran en el pasear de la calle y los entornos asociados.” (Martínez Bonafé, 2013)

¿Qué puedo observar de mi alumno virtual? ¿Cómo identifico lo particular, lo diferente y único de su cuerpo y su voz? 

ENCUENTRO E INTERCAMBIO: “…La enseñanza a distancia de materias que necesiten un aprendizaje y adquisición de habilidades motrices y sensaciones físicas siempre va a presentar un problema básico: la ausencia de contacto físico entre el profesor y el estudiante. La incorporación de una nueva postura o una nueva habilidad técnica conlleva un ajuste físico del cuerpo, con su correspondiente tensión y compensación muscular (…) En una clase presencial, el estudiante recibe información que no puede ser obtenida de otra forma: la sensación de peso en los movimientos o el grado de tensión muscular al realizar un determinado movimiento no puede ser percibido a través de una cámara de video…” 

En el hecho educativo hay algunos irremplazables: la percepción corporal, aún cuando existan hologramas, no podemos recrear el cuerpo del otro, su presencia, su respiración. Una voz cuya onda sonora es recortada, sin color, sin timbre; una cara en primer plano, sin cuerpo; un cuerpo sentado, quieto.

El encuentro y el intercambio de prácticas de enseñanza con los compañeros del Trayecto fueron posibles, y podemos traer la palabra deseo. “…Es ese saber profesional docente que hace que los aprendices corran, movidos por los invisibles hilos del deseo, hacia las puertas del aula. Es saber reconocer al otro, otorgarle autoridad y facilitar que, a pesar de la estatura, las miradas tengan una relación horizontal. Es a su vez un saber profesional animado por un optimismo apasionado hacia los procesos de crecimiento y maduración de los seres humanos (Jaume Martínez Bonafé, 2013).

TRABAJO CON OTRO: Pensar y reconocer al otro (docente/estudiante) teniendo en cuenta que la construcción de nuevo conocimiento, se genera a partir del intercambio en un tiempo / espacio y que se construye en el aquí y ahora de ese encuentro. 

En la práctica docente virtual, nos distanciamos del cuerpo y la emoción. Y el intercambio se realiza por otros caminos, menos transitados, por descubrir. Así pudimos retroalimentarnos!

AUTOEVALUACIÓN/COEVALUACIÓN: Las evaluaciones alternativas nos plantean “…una manera de poner en sus manos (de los estudiantes)  herramientas conceptuales de trabajo que les permiten la asunción del papel de aprendices autónomos, reflexivos y eficaces, (…) Exige de los alumnos un tiempo más prolongado para la elaboración de las respuestas que en el enfoque tradicional de la evaluación… ” (Anijovich, 2004).  El estudiante podrá registrar sus cambios corporales, sonoros, vivenciales para ir comprendiendo el camino transitado, aún cuando el docente no tenga la proximidad necesaria. 

La  coevaluación, tal como lo expresa en el mismo texto Anijovich “... Cuando los alumnos utilizan de manera habitual estos procedimientos de evaluación aprenden la importancia de destacar los aspectos positivos y no sólo los negativos del trabajo de sus compañeros, el valor de la ayuda y del trabajo en común, y a valorar el error como un paso necesario en el aprendizaje…”. Esta práctica posibilita que los estudiantes establezcan nuevos vínculos y se refuercen los valores éticos del respeto por la producción propia y ajena.

CAMBIO: ¿Todo cambió? ¿Nada cambió? ¿Cambiaron nuestras prácticas de enseñanza? Previo al contexto de la pandemia, podíamos encontrarnos cara a cara en las aulas y aun así, mantener una distancia más que literal con los estudiantes, lo cual nos hace pensar en lo relativo de las posiciones y relaciones áulicas: “… oscilamos entre dos posiciones, la de una gran proximidad, participación y comunicación con el otro, y la de una gran lejanía, que se traduce en indiferencia, y pasamos de una a otra cuando no tenemos las herramientas adecuadas para orientarnos”. (CIFALI, M. La formación profesional del maestro. Estrategias y competencias. Cap. VI Enfoque clínico, formación y escritura, Fondo de cultura económica). Esto nos lleva a pensar en dos elementos determinantes para mantener el proceso de enseñanza y aprendizaje en esta virtualidad forzada o en la futura bimodalidad, estos son la participación y la comunicación, y agregamos a éstos, la retroalimentación o también llamado feedback. No se trata solamente de proponer temas, saberes, conceptos a desarrollar, sino también hacer un seguimiento  de cómo el alumno logra apropiarse de ellos.

 ¿Cómo lo hacemos a través de la cámara? No encontramos el cuerpo ni la voz del otro en el silencio y el vacío del espacio desde el cual elaboramos y desarrollamos  la clase virtual.

Daniel Brailovsky, reconocido pedagogo y profesor, propone “…humanizar las TIC a través del relato personal, sensible; conversando, preguntando; como una forma de amenizar esta virtualización forzada…” ( Brailovsky, D. “Caer” en la educación virtual. https://panorama.oei.org.ar/caer-en-la-educacion-virtual/)

CONSIGNAS: Y descubrimos que nos faltaban las consignas cuando realizamos el trabajo de Retroalimentación! Ya no son verbales, sólo media el texto escrito que “… se puede comprender mejor y con mayor velocidad que al escucharlo en forma oral; el lector puede utilizarlo cuando quiere, concentrarse en cualquier parte del mismo, volver sobre lo leído, darse tiempo para cuestionar, acceder a temas de su particular interés, rechazar críticamente el texto, ya sea por su contenido o por su forma, acceder a contenidos psicológicos, filosóficos, que se reflejan en la imagen visual y son difíciles de desarrollar en la lengua oral sin apoyo de la escritura (…) Braslavsky (2005). Por otra parte “… las consignas de trabajo deben explicitar con claridad y precisión, estimulando permanentemente el desarrollo de la autonomía, aquello que el estudiante tiene que aprender; deben, además, posibilitar que el estudiante evidencie lo que aprendió y que tome decisiones. Ni una hoja en blanco con tema libre ni una lista de instrucciones cerradas…”

BÚSQUEDA: La abrupta llegada de la virtualidad a nuestras prácticas de enseñanza, derivó en la búsqueda de nuevas maneras de conocer a nuestros estudiantes, de nuevas modalidades de enseñar,  de recursos y soportes tecnológicos desconocidos, una búsqueda vertiginosa, guiados tal vez por “locura necesaria” a la cual se refiere Merieu  ¿Seguiremos buscando? 

EMOCIÓN: “La reconstrucción del conocimiento profesional práctico requiere de la voluntad de la crisis y del reconocimiento de que otra pedagogía es posible”.(Martínez Bonafé, p. 102)

Es una ardua tarea la que tiene un docente comprometido con las necesidades actuales que pareciera nunca terminar, enredada en una cadena de exigencias sostenidas por la afirmación “El año no se pierde”. ¿Existe lugar para la emoción? ¿Hay espacio para la crisis, la angustia, el desconcierto? ¿Permiten las prácticas educativas virtuales espacio para el sentir de docentes y estudiantes? Sin dudas estos nuevos espacios áulicos generan incertidumbre, pero también nos encontramos frente a la posibilidad de la reconfiguración del aparato educativo, que sin duda, debe proporcionar límites y espacios para el intercambio de nuestra humanidad. No somos máquinas, aunque éstas estén mediando en el encuentro, las reglas son establecidas por las personas que lo viven y transitan.


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