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El grupo cordobés prepara el lanzamiento de “El camino del cambute”, su tercer disco de estudio y la base de un show conceptual que cierra un ciclo de 12 años para abrir otro.
Viernes, 22 de abril de 2022
“Las despedidas son esos dolores dulces”, dijo alguna
vez, en alguna página de mística ricotera hecha canción (Gualicho),
Carlos “Indio” Solari, cantante redondo.
La cita tiene que ver con el momento actual del grupo Akun Maia, que este sábado comienza a bajar las persianas
después de 12 años de actividad en la escena local y lo hace en medio de un
momento de creatividad plena. ¿O no?
“De algún modo es una despedida, pero no es la
disolución directa de la banda”, aclara de entrada Jorge “Rioja” Hunicken
Ferraris, tecladista y “capitán visual” de este colectivo autogestivo de artistas
que, a partir de la música, dio forma a una pequeña comunidad de producción cultural.
“Tenemos mucho material todavía para ir mostrando”,
dice el músico, quien entiende este parate de la banda como una pausa, una
adaptación a la contingencia o una metamorfosis, pero no como un certificado de
defunción.
“Es un freno que nos vamos a dar de las actuaciones en
vivo, aunque obviamente eso va a decantar en menos actividad grupal, como
colectivo”, aporta el tecladista. Y explica: “Hay varios motivos, pero
básicamente tiene que ver con que una parte del grupo se va de Córdoba, y hay
también diferentes condiciones socioeconómicas que lo determinan”.
“Otra variable es la falta de espacios para poder
expresarnos, esos espacios físicos que se necesitan para que una banda hoy por
hoy haga su labor”, añade “Rioja”, quien acota también que “para un grupo con
tanta gente, tan numeroso, se vuelve difícil sostenerse en el tiempo”.
“Igual fueron, están siendo en realidad, 12 años de
actividad grupal. Además hay algo que nos contiene mucho como colectivo, que es
la amistad”, suma luego, como si el hecho de dejar de tocar en vivo fuera más
bien una posibilidad para concentrarse en otros aspectos de la creación
vinculada a ese universo llamado Akun Maia.
CICLOS QUE SE
CIERRAN, CICLOS QUE SE ABREN
“A un determinado nivel se cierra un ciclo, pero
cuando se cierra un ciclo también se abre otro y quizás de diferentes maneras,
con nuevas formas de expresión”, explica el tecladista de este proyecto que
viene desarrollando un espectáculo audiovisual con un concepto vinculado a su
inminente tercer álbum de estudio, El camino del cambute.
“La propuesta fue sumando elementos de a poco y se
volvió un proyecto interdisciplinario”, resume Hunicken Ferraris en relación
con este proyecto de show en vivo que suma otra variables al relato musical:
escenografía, luces, visuales, conceptos.
“Todo el proyecto surge a partir de la música. La
banda es lo que hace de base para que todo lo demás se agarre, se sostenga”,
indica. Y abre el juego al resto del equipo: “Tenemos a Natalia Guendulain, que
hace la escenografía y llevó todo el concepto del disco al escenario. Eso se
suma a las visuales y las animaciones de Diegol y a las luces de Agustina
Márquez”.
“Todo esto está plasmado en un show que se fue
complejizando a medida que lo fuimos haciendo, pero también estamos cerrando
ese ciclo. Creo que esta es la última vez que le vamos a sumar cosas”, aporta
sobre las otras manos (y cabezas) que confluyeron en El camino del
cambute, un álbum que aún sin haber sido publicado ya ha transformado
definitivamente a todos sus responsables.
“Es una experiencia de goce, para dejarse llevar y viajar.
Apuntamos a un público que está dispuesto a viajar con lo que ve. Por momentos
bailar, por momentos bailar introspectivamente. Como una mezcla de las
complejidades humanas, de la naturaleza, de todo”, describe “Rioja”.
DISCO Y CONCEPTO MATERIALIZADO
Entonces, este show es el comienzo de una despedida de
formato para abrazar otro mucho más etéreo, global. “Vamos a dejar de tocar,
pero la banda va a pasar a otro plano. La idea es seguir lanzando música,
videos. Vamos a dejar de ser una banda convencional para pasar a ser un espacio
colectivo de amigos”, resume el tecladista de Akun Maia.
Sin embargo, antes de que se produzca la dispersión de
los miembros de la banda, el objetivo es concretar durante mayo el lanzamiento
del álbum en el que vienen trabajando desde antes de la llegada de la pandemia.
–¿Cómo surgió el disparador para pensar este disco
como un recorrido audiovisual?
–Primero, surgió a partir de la inquietud o la
problemática de cómo resolver las visuales y lo que iba a acompañar al disco
que estábamos grabando. Teníamos eso por resolver, y llegó la pandemia. Ahí
nació la investigación detrás del proyecto, que tuvo tres grandes ejes:
primero, el nombre de nuestra banda, Akun Maia, que en lengua mapuche significa
“llegando a una galaxia errante”; después la cosmovisión andina y
particularmente el uso de la chakana (el símbolo máximo de esa
cultura) como orientadora de los ciclos, de cómo nos rigen a nosotros; y a su
vez, como tercer puntapié del disco, la psicodelia y el surrealismo. Todo se
fue nutriendo interdisciplinariamente, es el resultado de un trabajo colectivo.
El punto de partida fue la música y a partir de eso nos preguntamos qué íbamos
a hacer con eso, porque estos temas son muy diversos, de diferentes géneros
(reggae, cuarteto, balcánico, dub). Y al pensar cómo podíamos unir todo ese
material en algo, de ahí surgió. Hemos aprendido un montón con esto, tanto desde
lo musical como desde lo humano. Fue un disco creado en pandemia, fue un
descargue, una escapada, y además estar haciendo y aprendiendo muchas cosas.
Fue un experimento que ahora se materializa, y eso es algo relindo.
PARA IR
Akun Maia se presenta este sábado en Pez Volcán
(Marcelo T. de Alvear 835), anticipa su próximo disco y da inicio a su
despedida de los escenarios cordobeses. Las entradas están a la venta en Alpogo.com a $ 700 o 2 x $ 1.200 (más cargo por servicio).
Después, Ayacucho Party, con DJ Fede Flores.
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